
Un día que paso a cobrar de Planeta, me topo con un personaje extraño. Más tarde sabré que es Pedro de Córdoba, antiguo bailarin español famoso en Europa y no así en en España, que revolucionó las bases del flamenco. Aunque tiene don de gentes, le conozco a raiz del tema del yoga, y durante meses de venidas a España desde su Holanda de acogida me transmitirá las bases del budismo y del hinduismo. Me pongo a redactar su increible vida, de la cual sale el mecanoscrito, aún no convertido en libro, El Picasso de la danza (La asombrosa vida de Pedro de Córdoba). Pedro fue un artista profundamente entrañable y humano, perseguido en España, admirado por Dalí y por el abuelo del Rey, con un Picasso que le permitió aquel nombre, colaborador de Frank Sinatra, de Marlène Detrich, amigo de Édith Piaf, de Susan Hayward y de Errol Flynn… He conocido y escrito su vida al detalle, una trayectoria de lujos y una carrera a lo grande conociendo mujeres y extravagancias en los mayores espectáculos y con los grandes empresarios norteamericanos, incluso con gangsters. Bailó en los mejores music halls del mundo, alcanzando unos éxtasis increíbles en unos arrebatos artístico-místicos. Las mujeres le perseguian. En El Picasso de la danza explico la insoportale culpa de su vida hueca, y un sacrificio, y como dejó el arte para entregarse a la búsqueda del Ser. Suspirando, Pedro casi lloraba hablándome de su ansiado anhelo: “llegar al Supermental”, fundirse con la Conciencia Completa. Me dijo que la reencarnación existe y no le creí. Estuvimos muchas veces en la Costa Brava viendo los lugares donde actuó. Puedes adquirir El Picasso de la danza. Me enseñó muchas cosas, dejó en mí una huella profunda y volveremos a vernos.
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blog de Miguel Pou
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